Fuentes cercanas al ministro aseguran que se siente “completamente desautorizado” ante la previsible retirada de la reforma del aborto
La tarea más urgente de Gallardón es presentar los recursos contra la ley de consultas catalana y el previsible decreto de convocatoria del referéndum a finales de esta semana. Se espera que el Tribunal Constitucional los admita a trámite el martes 23. A partir del día siguiente el ministro abrirá “un periodo de reflexión personal” sobre su continuidad en el cargo, después de revés que supone para él que no salga adelante el proyecto estrella de su departamento. En el PP unos creen que dimitirá “por dignidad”y otros piensan que, igual que en 2008, amagará pero no se irá.
Esta es una semana crucial para el Gobierno, pendiente de que el Parlament de Cataluña apruebe la ley de consultas en un pleno extraordinario que se celebrará el viernes 19. La tarea inmediata del ministro de Justicia es la de presentar los dos recursos anunciados y frenar el referéndum. El primero contra la ley de consultas y el segundo para impugnar también, si lo hay, el decreto de convocatoria.
El martes 23 se reúne el pleno de Tribunal Constitucional que, una vez comprobados los requisitos formales, previsiblemente admitirá a trámite las peticiones del Gobierno, de manera que la ley de consultas y la convocatoria del referéndum quedarán suspendidas. La Moncloa confía en que Artur Mas cumpla su palabra, decida no continuar adelante con la consulta, ya que sería ilegal, y convoque elecciones.
Una vez cumplida esa tarea prioritaria, según fuentes del entorno del ministro de Justicia, Alberto Ruíz Gallardón, abrirá “un periodo de reflexión personal” para meditar si continúa o no en su cargo. Tan solo aplazaría su decisión si Mas anuncia que no acata el mandato del TC. En ese caso, al ministerio le quedaría mucho trabajo por delante porque tendría que ir recurriendo, uno a uno, todos los pasos que diera la Generalitat.
Sin desmentido de la Moncloa
Después de que el diario El Mundo publicara el sábado que el gobierno “se inclina” por retirar la ley del aborto, ninguna voz autorizada de la Moncloa ha desmentido esa información. La portada coincidía con el fin del periodo que se había marcado públicamente Gallardón para sacar adelante la reforma del aborto: “antes de que termine el verano”. El verano finaliza el 23 de septiembre y hasta entonces solo queda un consejo de ministros, el del viernes, en el que se descarta que vaya ese asunto.
En verano Mariano Rajoy dijo a los suyos que se daba un tiempo para valorar qué hacer con la reforma del aborto, pero aún no se ha pronunciado. Al ministerio de Justicia no ha llegado todavía ninguna notificación oficial de que se haya rechazado. Fuentes del ministerio de Justicia explican que Gallardón espera hablar de este asunto con el presidente en los próximos días. Los suyos dicen que se siente “completamente desautorizado”.
Por eso, muchos de sus compañeros de partido no descartan la dimisión. Creen que“por dignidad” no podría seguir al frente del ministerio tras un revés de ese calibre. Gallardón se ha comprometido personalmente con la reforma del aborto, hasta tal punto que le ha costado prácticamente toda su popularidad.
Otros en el PP, recuerdan, en cambio, que no es la primera vez que amaga con abandonar la política y opinan que, simplemente, puede estar mandando de nuevo un mensaje a la Moncloa. Recuerdan lo que ocurrió en 2008, cuando Rajoy no le dejó ir en las listas al Congreso de los Diputados para evitar que también fuera Aguirre. Para Gallardón fue todo un mazazo. Uno de los momentos más duros de su vida política. Todos lo vieron porque el 16 de enero de ese año compareció ante los medios en el Ayuntamiento de Madrid, acompañado por el alcalde de Paris, cabizbajo, agotado y dolido. Dijo que se sentía “derrotado” y que “abría un periodo de reflexión”.
Aunque dentro del PP hay quien señala que Gallardón no se atreverá a abrir ese boquete en el Ejecutivo. Sobre todo cuando Rajoy siempre trata de evitar a toda costa cualquier crisis de Gobierno. Hace seis años, Gallardón midió los tiempos para no perjudicar la campaña de Rajoy. Y creen que ahora podría actuar de la misma manera y aguantar hasta el final de la legislatura si el presidente se lo pide.
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